“
¡Perfecto! Una vez que regrese al presente y mi linaje real se "descubra", ¡Mi riqueza y mi poder serán imparables!
”
— Cyrille Le Paradox, Ábrete sésamo
Prólogo[]
Con partes de sus planes listos, Le Paradox estuvo robando objetos importantes de cada época para viajar en el tiempo en su propio museo de colecciones, comandando a sus ratas esbirros. Le Paradox se reunió a charlar con Toothpick y Miss Decibel en un edificio de París antes de que estos viajaran a sus respectivas épocas.
Ve hacia el Oeste, joven mapache[]
Luego de que la Inspectora Fox descubriera a él y a su ejército de ratas robando el museo, Cyrille envió a la Inspectora con Toothpick al Lejano Oeste para evitar que sus actos criminales fuesen descubiertos.
Hacerse japonés[]
Al viajar con su dirigible a el Japón Feudal, el coleccionista observó como Sly Cooper luchaba contra el Jefe, así como la eventual derrota de éste último. Sin tiempo que perder, Le Paradox envió a sus esbirros a robar el bastón de Rioichi Cooper antes de que Cooper lo recuperara. Antes de encender la máquina del tiempo y transportarse a su siguiente destino, el zorrino intercambio miradas con el mapache desde el dirigible.
El clan del mapache cavernícola[]
Le Paradox fue analizado por Sly junto a su dirigible. Al poco tiempo, Le Paradox habló por teléfono con Grizz, a quien cortó cuando éste se alteró por un detalle de su acuerdo.
Cuarenta ladrones[]
Habiendo reunido casi todos los bastones a costa del fracaso de casi todo su equipo con la excepción de Miss Decibel, Cyrille decidió tomar cartas en el asunto y reunirse con esta en la Antigua Arabia, para explicarle la situación y apresurar la falsificación de un "linaje real" para él. Al introducirse en una carpa, Cyrille presenció la llegada de un extraño con acento extraño, quien decía ser el repartidor de comida que llamaron. Al ponerlo a prueba, Le Paradox escuchó como Decibel le dio las ubicaciones de los miembros capturados de la banda de Salim al-Kupar. Obteniendo al fin sus documentos falsos, Cyrille y sus hombres atacaron a Salim y a Carmelita para luego robar el bastón del primero. Al subirse a su dirigible dispuesto a marcharse, Cyrille saludó maliciosamente a la banda Cooper y les reveló que la victoria era suya además de que volvería a un presente glorioso para él. Luego de negarse en repetidas oportunidades dejar que Miss Decibel abordara el dirigible con él - y observar la derrota de esta luego de un combate contra Sly - Cyrille se marchó con Carmelita de rehén.
Epílogo[]
Al llegar a la época actual, Le Paradox empezó a celebrar que tenía el poder de tener un legado legendario en sus manos. Tras dejar a Carmelita amarrada en una sala oscura, Le Paradox consiguió que Sly cayera en su trampa. Burlándose de la pareja, Cyrille se llevó a la pareja en una cápsula alegando que irían a una "Fiesta de despedida". Mientras hacía esto, Bentley y Murray trajeron a los demás Cooper y reclamaron sus bastones, arruinando el linaje falso que había construido. Estando a punto de enviar a Sly y Carmelita a el "túnel del tiempo - una variante de la máquina del tiempo que Penélope construyó para él - Tennessee Cooper irrumpió y liberó al dúo de la cápsula. Furioso, Le Paradox por accidente abrió un portal de espacio-tiempo al haber intentado atraparlos, el cual empezó a llevarse todo a su alrededor.
Con Cooper dispuesto a enfrentarse a él, Cyrille le siguió a corriente en una batalla de transporte temporal. Estando en la fase final del combate, el coleccionista le reveló que todos sus actos fueron simplemente porque quería demostrar ser el mejor ladrón de todos los tiempos, pero terminó siendo desmentido por Sly, quien lo trató de un simple estafador que dejaba que otros hicieran el trabajo por él. Finalmente, Le Paradox quedó al borde del dirigible y punto de caer. Gracias a sus súplicas, Le Paradox logró engañar al mapache y robar su paracaídas; pero un avión chocó contra él y terminó cayendo al mar en donde eventualmente fue encontrado días después y enviado a prisión perpetua.
A los meses, debido a su mal olor, su celda fue acondicionada para mantener tranquilos a los guardias de prisión.